Corazón de Taladro

Una de las cuestiones más difíciles de alejarse de tus pagos (excelente palabra argentina para explicar casa-hogar-amigos-ciudad-cultura-costumbres etc) es acostumbrarse a no difrutar más de las pasiones futboleras. Como hincha de un club chico como Banfield la pasión por tu club se hace más intensa, tanto en las victorias como en las derrotas.
Un poster con once jugadores colgado en la pared y una mini camiseta apoyada sobra la mesa son los unicos rastros del mundo taladrenses en mi cuarto norteamericano.
Ironicamente los dos se encuentran elevados a la altura de mi televisor, donde de vez en cuando visito los canales deportivos para encontrar alguna pista en las reglas de estos deportes de balón en mano y ornamentos extraños que circulan populares por tierras norteamericanas.
Por suerte existen los canales latinos que, aunque no son de mi total agradado, de vez en cuando me permiten recordar los movimientos futboleros.
No todas son palidas, ya que cuento con mi Papá que oficia de corresponsal deportivo en Buenos Aires, y palabras como: 'Nos robaron','Mereciamos ganar' o 'Ya no peleamos por nada' me recuerdan los constantes logros de mi gran equipo, el TALADRO.